LOS OBJETIVOS DE REDUCCIÓN DE VERTIDO AMENAZAN LA ECONOMÍA CIRCULAR
La Confederación Europea de Plantas de Valorización Energética (CEWEP) advierte de que el retraso en la aplicación de los objetivos de reducción de vertido amenaza la implementacion de la economía circular.
AEVERSU, 17 de enero de 2018
Sostiene que reducir el vertido no debe suponer un lastre para los Estados miembros, sino una oportunidad para mejorar sus sistemas de gestión de residuos.
• Recuerda que el objetivo inicial de reducción de vertido hasta el 10%, previsto inicialmente en el paquete europeo de economía circular, se demora ahora en cinco años, con una ampliación para otros cinco en el caso de aquellos países que, en 2013, hubiesen enviado a vertedero el 60% o más de sus residuos.
• Todo apunta a que el vertido no se verá aminorado significativamente en Europa hasta el 2040, circunstancia que invitará a la inacción de los países e impedirá el desarrollo de una política adecuada orientada hacia la gestión sostenible de los residuos y la lucha contra el cambio climático.
• En este marco, CEWEP reclama establecer metas provisionales para 2025 y 2030, asegurando con ello que se adoptan las medidas necesarias para llegar al tan ansiado 10%.
• La organización aboga por un reciclado de calidad y que se otorgue a la valorización energética el lugar que le corresponde a nivel jerárquico a fin de evitar el uso del vertedero y disminuir la dependencia de los combustibles fósiles.
La Confederación Europea de Plantas de Valorización Energética (CEWEP), entidad en la que se integra la Asociación Española de Empresas de Valorización Energética (AEVERSU), advierte de que la demora en la aplicación de los objetivos de reducción de vertido supone una amenaza para la correcta implementación de la economía circular.
En un comunicado hecho público recientemente, la organización europea insiste en que reducir el vertido no debe suponer para los Estados miembros un lastre, sino una oportunidad para mejorar sus sistemas de gestión de residuos que, en todo caso, deben cumplir de forma rigurosa con la jerarquía comunitaria, dando comienzo con la prevención, siguiendo con la preparación para la reutilización y el reciclaje, dando paso lugar a la valorización (material y energética) y finalizando con el vertido, la opción menos deseable por su negativo impacto sobre el medio ambiente y la salud pública.
CEWEP recuerda que el objetivo inicial de reducción de vertido hasta el 10% en 2030, contemplado en su momento en el paquete europeo de economía circular, se demora ahora en cinco años, es decir, hasta 2035, con una ampliación de otros cinco años para aquellos países que en 2013 hubiesen enviado a vertedero el 60% (o más) de sus residuos urbanos. Un objetivo que, a la postre, resulta claramente menos ambicioso que el estipulado en su momento por el Parlamento Europeo, fijado en el 5%.
EL DESARROLLO SOSTENIBLE, EN RIESGO
Con estos mimbres, todo apunta a que, hasta el año 2040, el vertido no se reducirá significativamente en Europa, circunstancia que impedirá el correcto desarrollo de una política adecuada orientada hacia la gestión sostenible de los residuos y la lucha contra ese gran reto planteado por el cambio climático.
En este sentido, cabe señalar que evitar el vertido y, por tanto, la emisiones de CO2, contribuiría en buena medida a dar debido cumplimiento al Acuerdo de París, toda vez que en la Unión Europea, según datos de CEWEP, se han enterrado en vertedero más de 60 millones de toneladas de residuos urbanos que han generado alrededor de 100 millones de toneladas de CO2 equivalente.
Con un plazo de tiempo tan dilatado, la Confederación teme a la inacción de los Estados miembros y reclama establecer metas provisionales para 2025 y 2030, asegurando con ello que se adoptan las medidas necesarias para llegar al tan ansiado 10%. Además, una situación de estas características constituiría, a su juicio, una oportunidad perdida para llevar a cabo un correcto tratamiento de los residuos y ralentizaría las inversiones necesarias para garantizar el crecimiento económico y el empleo verde. Asimismo, alerta del peligro que supondría el traslado de desechos a aquellos países donde se siga permitiendo el vertido, extremo que debería ser vigilado a fin de que evitar que se conviertan en los “vertederos de Europa”.
LA VALORIZACIÓN ENERGÉTICA, CLAVE EN LA ECONOMÍA CIRCULAR
La recuperación energética de la fracción no reciclable de los residuos cumple un papel esencial en la economía circular al poner en valor, a través de la conversión en electricidad y calor, aquella parte de los residuos que, de no seguir esta vía, acabarían su vida útil en un vertedero, con los problemas asociados de contaminación. No en vano, las plantas de estas características existentes en Europa permiten suministrar energía eléctrica a 18 millones de habitantes y calor a 15,2 millones, disminuyendo con ello la alta dependencia de los combustibles fósiles.
No debe olvidarse que las plantas modernas de valorización energética, caracterizadas por su solidez, robustez y alta eficiencia, constituyen, tras las fases de prevención, reutilización y reciclaje, el mejor antídoto contra el vertido y sus nefastas consecuencias para la sostenibilidad presente y futura.
Teniendo en cuenta la importancia trascendental del reciclaje, CEWEP aboga por un reciclado de calidad, y no meramente cuantitativo, que genere la confianza necesaria en el mercado para sustituir materias primas vírgenes y contribuya a transitar hacia la economía circular, posibilitando la transformación de residuos en recursos.
En el caso de España, cabe señalar que nuestro país todavía vierte el 55% de la basura que produce, ascendiendo la valorización energética a un exiguo 12%, porcentaje que debe ser incrementado si se quiere avanzar hacia un futuro sostenible.
Las 11 plantas asociadas a AEVERSU tratan anualmente del orden de 2 millones y medio de toneladas de residuos no reciclables, produciendo la energía suficiente para abastecer 450.000 hogares.